miércoles, 22 de junio de 2011

Amabilidad en las villavesas.

La verdad es que me he fijado que últimamente, a la hora de montarme en la villavesa, hay algo que noto en falta: la educación. Pero la educación por parte tanto de los usuarios como de los conductores.
Por parte de conductores, se que las villavesas, sobre todo las modernas(que creo que ya es la totalidad de la flota), tienen un sistema para que el autobús bascule y se incline notablemente para que les sea más fácil bajarse del autobús a aquellas personas que o bien porque son mayores, o bien porque van con cochecitos, llevan muletas, etc, les resulta más difícil salvar la distancia con la acera. Pues bien, digamos que la verdad en los viajes, en los cuales veo a una gran cantidad de personas mayores (por lo general señoras) que a duras penas pueden levantarse del asiento hasta la puerta, dicho sistema de basculación brilla por su ausencia.
Por parte de usuarios, la verdad, a mí, mi madre me ha inculcado, desde siempre, vamos, desde que tengo uso de razón, que hay que dejarles el sitio a las personas mayores, o a aquellas personas que necesiten sentarse mientras dure el viaje, como personas embarazadas, discapacitadas, etc. Pues bien, no se si es porque mi madre es rara o que, pero veo a gente, que tranquilamente podría soportar 10 minutos de pie, que con toda la cara del mundo ve como personas mayores se quedan de pie, y sigue tan campante sentado; así como a padres que sientan a sus niños, que no pasa nada porque vayan de pie, y dejan a los mayores sin asiento por sentarse ellos y “sus niños”; así como gente que con toda su cara, ocupa los asientos que están reservados(no vale la excusa de, “pero yo no lo sabía” porque aparte de los carteles que informan, por lo general, suelen ser asientos de otro color (rojo en la mayoría de los casos por no decir la totalidad) y cuando ven que personas para las cuales están reservados necesitan asiento, siguen sin moverse de ahí, cosa que me pone de los nervios.
Por ello, seamos un poco educados y cívicos, y cedámosles nuestro asiento a esas personas que realmente si que necesitan sentarse; sobre todo los jóvenes, que como diría mi abuelo, “aún eres joven y no tienes la ciática ni te duelen los huesos” así que..mientras llegue ese momento, creo que por un trayecto en autobús no nos va a dar algo; al menos, a mi, si llego a ser “una vieja” y no puedo ir de pie, me gustaría que muy amablemente alguien me dijera: siéntese aquí por favor.

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