miércoles, 19 de octubre de 2011

love...

You love someone, you open yourself up to suffering, that's the sad truth. Maybe they'll break your heart, maybe you'll break their heart and never be able to look at yourself in the same way. Those are the risks. The tought of losing so much control of our personal happiness in untenable. That's the burden.

Like wings, they have weigth, we feel that weight on our backs, but they are a burden that lifts us. Burdens which allow us to fly...

martes, 6 de septiembre de 2011

CARTA DE UN CIENTÍFICO A ALEJANDRO SANZ

Me lo mandaron por correo, y creo que tiene taaannta razón y merece tanto la pena leerlo que he hecho un copia y pega en mi blog, espero que os guste; y mi enhorabuena a Lucas Sánchez.
el Lunes, 08 de agosto de 2011 a las 13:57
CARTA DE UN CIENTÍFICO A ALEJANDRO SANZ
Hola Alejandro, Hace muchos días que ando dándole vueltas a la ley Sinde , a los derechos de autor, y leyendo tus desafortunados tweets. Ahora que tengo las tres cosas juntitas, déjame que te comente algunas cosas.
Soy científico, investigador del Centro N...acional de Biotecnología y actualmente "Visiting Assistant in Research" en la Yale School of Medicine, en New Haven, Conneticcut. Trabajo en el desarrollo de vacunas para el tercer mundo, centrando mis esfuerzos en la Leishmaniasis, una enfermedad olvidada que mata e incapacita en África, Asia y Sudamérica. Sí, esos mismos sitios para los que, de vez en cuando, puedes montar una parranda benéfica. Y aunque no lo sepas (y muchas personas no lo saben) es esa enfermedad que hace que miles de pobres niños tengan el vientre hinchado y mueran. La misma que hace que sus padres no puedan trabajar. Entre nosotros, ese tipo de enfermedades que hace que el tercer mundo siga siendo tercer mundo. Cuando consigo que mi trabajo funcione, tras muchísimas horas de laboratorio exponiéndome a múltiples riesgos para mi salud, intento publicar mis resultados. ¿Sabes lo que pasa cuando lo hago? Que la revista se queda con todos mis derechos de autor. CON TODOS. Si quiero, no sé, poner una figura de mi trabajo en algún otro formato, tengo que pedir permiso. Por mi figura. Por mi trabajo. Y te hablo de figuras en blanco y negro. En color no podemos pagarlas. ¿Sabes por qué? Porque PAGO POR PUBLICAR. Sí, en serio, lo hacemos. Mi laboratorio tiene que pagar para poder difundir los avances científicos que puedan curar a esos niños o a sus padres en el futuro. PAGO POR PUBLICAR y tengo que pedir permiso por mi figura, por mi trabajo.
Ahora podrías meter en 140 caracteres que luchar por mis derechos no me impide que tú lo hagas por los tuyos; yo seguiría leyendo. Desde que el hombre es hombre, desde que el ser humano es humano, ha demostrado que necesita expresar sus sentimientos. Y de ahí surgió el arte. También, al mismo tiempo, surgieron las preguntas de qué hacía aquí. Los famosos "de dónde vengo, quién soy y a dónde voy". Y es que las dos cosas, ciencia y arte, son humanas, pero no por ello profesiones. Mira, no sé, 100 o 200 años atrás. El arte lo hacía el que podía permitírselo. Y la ciencia también. Hasta Darwin descubrió el origen de las especies en un tour por el mundo, en el que vio que los pinzones de unas islas tenían los picos más grandes que otros. La gran revolución científica vino de un viaje de alguien que pudo permitírselo. Ahora, industria mediante, los artistas cobran por entretener y los científicos cobran por descubrir cosas. Una maravilla para los que no somos de familias ricas y queremos hacer ciencia o arte. Yo me he quejado y mucho de mi falta de derechos. De intentar defender lo que ahora, para mí, es más que un reconocido trabajo. Y también creo cosas. La diferencia es que yo con un salario tengo bastante. Y lucho por un salario digno. QUE ME PAGUEN POR MI TRABAJO. No creo que tenga sentido que me paguen tiempo después por mis logros.
Te recuerdo que lo que yo quiero es una vacuna para el tercer mundo. Y pagar mis facturas. No quiero ningún rendimiento extra que no me merezco. No quiero derechos de autor, quiero que mis avances sigan derechos a conseguir su objetivo. Entiendo que quieras que te paguen por tu trabajo. Y deberías (que lo haces) negociar lo que te paga una discográfica por grabar un nuevo disco. O que defiendas tu caché en los escenarios. Pero cobrar también impuestos sobre los CD´s , discos duros, lo-que-sea que la S.G.A.E quiera inventar para sangrar al ciudadano medio, perdóname muy mucho, pero yo, lo veo excesivo. Intentar lanzar una ley que te permita cobrar más de lo que te toca porque la industria que a ti te trata bien se está muriendo, lo siento, pero no.
Limitar las libertades individuales para maximizar vuestro beneficio no es justo. ¿Sabes por qué tengo un blog de divulgación científica? Para que el mundo vea que la ciencia es importante. Para que posiblemente en el futuro sea una profesión digna.
Yo no busco hacerme rico. Yo no quiero recortar libertades. Yo lucho por cambiar la industria que hace que mi actual profesión me obligue a tener otra con la que, juntas, poder pagar las facturas. Y por favor, no vuelvas a comparar los derechos a recibir medicamentos de los niños pobres con el derecho a declarar culpable de piratería a diestro y siniestro. Que ya lleváis demasiado tiempo cobrando por ello. Renovaros o morid.
Pero no hables de los que de verdad mueren aunque de vez en cuando reciban tu calderilla.
Atentamente, Lucas Sánchez.

miércoles, 22 de junio de 2011

Amabilidad en las villavesas.

La verdad es que me he fijado que últimamente, a la hora de montarme en la villavesa, hay algo que noto en falta: la educación. Pero la educación por parte tanto de los usuarios como de los conductores.
Por parte de conductores, se que las villavesas, sobre todo las modernas(que creo que ya es la totalidad de la flota), tienen un sistema para que el autobús bascule y se incline notablemente para que les sea más fácil bajarse del autobús a aquellas personas que o bien porque son mayores, o bien porque van con cochecitos, llevan muletas, etc, les resulta más difícil salvar la distancia con la acera. Pues bien, digamos que la verdad en los viajes, en los cuales veo a una gran cantidad de personas mayores (por lo general señoras) que a duras penas pueden levantarse del asiento hasta la puerta, dicho sistema de basculación brilla por su ausencia.
Por parte de usuarios, la verdad, a mí, mi madre me ha inculcado, desde siempre, vamos, desde que tengo uso de razón, que hay que dejarles el sitio a las personas mayores, o a aquellas personas que necesiten sentarse mientras dure el viaje, como personas embarazadas, discapacitadas, etc. Pues bien, no se si es porque mi madre es rara o que, pero veo a gente, que tranquilamente podría soportar 10 minutos de pie, que con toda la cara del mundo ve como personas mayores se quedan de pie, y sigue tan campante sentado; así como a padres que sientan a sus niños, que no pasa nada porque vayan de pie, y dejan a los mayores sin asiento por sentarse ellos y “sus niños”; así como gente que con toda su cara, ocupa los asientos que están reservados(no vale la excusa de, “pero yo no lo sabía” porque aparte de los carteles que informan, por lo general, suelen ser asientos de otro color (rojo en la mayoría de los casos por no decir la totalidad) y cuando ven que personas para las cuales están reservados necesitan asiento, siguen sin moverse de ahí, cosa que me pone de los nervios.
Por ello, seamos un poco educados y cívicos, y cedámosles nuestro asiento a esas personas que realmente si que necesitan sentarse; sobre todo los jóvenes, que como diría mi abuelo, “aún eres joven y no tienes la ciática ni te duelen los huesos” así que..mientras llegue ese momento, creo que por un trayecto en autobús no nos va a dar algo; al menos, a mi, si llego a ser “una vieja” y no puedo ir de pie, me gustaría que muy amablemente alguien me dijera: siéntese aquí por favor.

viernes, 15 de abril de 2011

Lo perdido

Tú conoces, también, el sabor
que lo perdido deja sobre el final
de la memoria.
No es el gusto amargo de la derrota
puesto que no es una derrota,
es parecido al sabor de las lágrimas
cuando se evaporan.
Quizás el dolor de un nuevo recuerdo,
rasgando ese horizonte dudoso
que se llama futuro,
enmascare la exacta sensación
de lo que se siente.
Pero nosotros, ya hemos
empezado a acostumbrarnos.

José Ignacio Besga Zuazola.

domingo, 10 de abril de 2011

todo lo bueno se acaba

Bueno, pues ya es oficial, Marijose Goyache, directora del Taller de Teatro Plaza de la Cruz durante los últimos 31 años, ha decidido que esta ha sido su última obra, su último montaje al frente del mismo. Nos lo comunicó a todos “sus chicos del taller” el día 2 de abril durante la cena de despedida del curso teatral, que ya era un tanto triste de por si, pues los de 2º de bachillerato no continúan (o eso se supone, pues el año que viene ya no siguen en el instituto si no repiten), entre esas personas, como no, estaba yo. Ya presuponía que sería una noche de lágrimas; pues estar durante 3 años en el taller, yendo todos los viernes por la tarde, sábados por la mañana, puentes y festivos, navidades, a ensayar, montar decorados y todo lo que conlleva estar en el taller; que al final acabas pasando más tiempo ahí que en casa, y ya es como tu segunda casa, no es algo que se olvide fácilmente, ni tampoco es algo que no te marque. Cuando, tras la cena, íbamos a dar los regalos a la directora, y a los otros tres ayudantes, por su inestimable ayuda para que la obra saliese adelante hasta la última función, la directora decidió comunicarnos que este año era el último al frente del taller, que el año que viene no iba a seguir. La verdad, hacía tiempo que se rumoreaba eso, que el taller se acababa, pero no dejaban de ser más que rumores. Cuando nos dio la noticia, pues quería que nos enterásemos por ella, por lo que nos dijo que no podíamos decir nada hasta el martes, que era cuando se haría oficial a la dirección del instituto y tampoco quería que se enterasen por otras personas, sino que fuera ella personalmente quien comunicase la decisión; la verdad, me pillo completamente desprevenida, y al caer en la cuenta de lo que estaba diciendo, no pude evitar que las lágrimas cayeran por mi rostro. La verdad es que tras entregar los regalos,  varios discursos, un vídeo que le hicieron a Marijose y la entrega de los carteles yo aún seguí con las lágrimas cayéndome una tras otra sin descanso. No suelo ser de lágrima fácil, pero esa noticia, para mí, fue muy dura de encajar. Creo que nunca antes había llorado con unas lágrimas tan amargas, tan sinceras, tan tristes. La pena es, que todos aquellos ex-teatreros del taller que se iban a estudiar fuera, nos venían a visitar los viernes por la tarde mientras ensayábamos; ahora, ¿que pasará con esas visitas?
Será difícil imaginar el taller sin Marijose al frente como directora, pero porque ella no siga, no quiere decir que el taller se acabe. Hay más de un candidato dispuesto a continuar, pero, de momento, nada oficial. Lo único que espero es que el taller no se acabe aquí, que muchas más personas tengan la posibilidad de formar parte de él, y de descubrir lo maravilloso que es ese mundillo, y todo lo bueno que puedes sacar de ello, todo aquello que aprendes.
Marijose Goyache, esa mujer que tenía una paciencia infinita, que se acordaba de todo, que tenía papeles para todos los que se apuntaban, que se pegaba unos “curros” de trabajo, y todo por el teatro, que, en que fregados se metía (como diría ella) pero si era por el teatro, no pasaba nada; esa persona que siempre estaba disponible y dispuesta a echar una mano, y una buena bronca a tiempo también, que en su propio desorden, sabía donde tenía cada cosa guardada. Esa persona que nos ha enseñado tantas y tantas cosas, que nos ha hecho trajes “a medida”, que ha reciclado otros de años anteriores, pero que ha conseguido que todo esté perfecto para el estreno. Has conseguido como nadie, inculcarme un gusto infinito por el teatro, pues antes apenas lo conocía, y ahora me encanta todo ese mundillo, gracias por descubrírmelo, de verdad.Y ante todo, esa grandísima directora, que me enseñó una frase fundamental en el teatro, que tantas y tantas veces ha repetido, y que se me ha quedado grabada como ninguna otra:
“NO HAY PAPEL PEQUEÑO, SINO ACTOR PEQUEÑO.”
Por todo ello, muchas gracias Marijose.



Qué ganas me dieron anoche
de desenchufar la luna
y salir corriendo a la calle
para quejarme a oscuras.

lunes, 28 de marzo de 2011

Lucía

Hoy mientras volvía en una villavesa (no me quedaba otra), una niña pequeña con su padre han llegado a la parada corriendo, casi la pierden, pero al menos el conductor ha sido amable y les ha abierto la puerta y les ha dejado entrar.
En un par de paradas se han setado ambos, la niña en la ventana y el padre en el pasillo. La niña era rubia, con ojos redondos y marrones, y un par de coletas la mar de graciosas. Era pequeña, sabia andar, pero apenas sabía hablar, lo justo para que se le entendieran algunas palabras. Me miraba con curiosidad, y con todo el salero del mundo comentaba con su padre que habían corrido mucho, que casi pierden el autobús y que por eso no se habían podido despedir de "mami". Ahora ya estaban montados en el autobús, y la niña con un carácter muy gracioso le decía al padre como guardar el ticket de autobús. Como no, me ha empezado a señalar, pues estaba de pie y me veía perfectamente. La verdad, no me he podido resistir, y le he empezado a sacar la lengua, como no, lo ha comentado con su padre; y como no podía ser menos, ha devuelto el golpe: me ha sacado la lengua con un desparpajo muy gracioso. A partir de ahí ha empezado un viaje de muecas y caras, y como no de conversación, a su manera como no, hablando como buenamente sabía, me ha contado que un amigo suyo se había caído en un parque, que iba a ir a cantar con miny (mouse he supuesto), y como no, que se llamaba Lucía. Me ha impresionado como me miraban esos curiosos ojos marrones, no sin esconder una mueca de pillería. También me ha dado "sustos" a los cuales como no, he tenido que poner mi cara de miedo más cómica.Eso si, lo que más gracia me hacía era cada vez que se bajaba alguien del autobús, les despedía con su pequeña mano. Ha sido un viaje divertidísimo, me lo he pasado en grande,  me he reído muchísmo y he sonreído como nunca. En ese momento he pensado: quién pudiera volver a esos años, que felicidad tenía aquella niña en la mirada y en la cara; y una curiosidad inmensa. Niñez, divino tesoro, una etapa de descubrir, de soñar, de curiosear, de divertirse, de aprender tantas cosas. Como no, cuando he llegado a la parada, su padre, que en buena parte de la "conversación" ha hecho de traductor simultáneo, le ha dicho a la niña, Lucía, tu amiga se baja en esta parada, dile adiós. Como no, me ha despedido con su particular "aioooss" y su grácil movimiento de su pequeña mano. Una vez que me he bajado, la villavesa ha continuado, y la niña me seguía mirando por el cristal curiosa cuanto menos, y seguía agitando su mano en señal de despedida.
Al menos hoy no ha sido un aburrido trayecto en villavesa, ha sido algo diferente, y cuando menos, divertido.
Gracias Lucía.

sábado, 26 de marzo de 2011

En huelga contra las villavesas

Ayer, me tocaba coger una villavesa (es como llamamos en Pamplona a los autobuses urbanos, por si lo lee alguien que no es "Pamplonica"), es poco habitual en mi, pues procuro ir andado siempre que puedo a todos los sitios.
Y la verdad lo hago porque detesto la impuntualidad de las villavesas, que nunca sabes a que hora pasan y que más de un conductor creo que tiene mono de Fernando Alonso, porque hace el recorrido, que parece que le dan sueldo extra si lo hace en menos tiempo del establecido. También, porque como no, está el típico conductor, que como no, cuando te montas, con una sonrisa de oreja a oreja le dices: ¡buenas tardes! Y casi te suelta un bufido, que mejor no haberle dicho nada. Y como no, porque cada vez están subiendo más el precio del viaje, si tienes el bonobús(la tarjeta del transporte urbano comarcal) vale, creo que 53 céntimos, pero hay, pobre de ti como se te olvide...te meten un puyazo de 1.15€ entre pecho y espalda que te acuerdas de ello durante un mes.

Bueno, pues el caso es, que ayer, me tocaba coger una villavesa que no había cogido nunca. No sabía cuando pasaba, ni dónde tenía que cogerla. Cuando me enteré por fin en que parada tenía que esperarla, cuando me dirigía hacia allí, la vi pasar mientras me quedaba pasmada, sin poder hacer nada, mientras esperaba que el semáforo se pusiera verde para mí y así poder pasar. Luego, como tenía un cuarto de hora, me fijé que tenía otra parada un poco más lejos, e inocente de mí, dije: voy a ir, que total, tengo un cuarto de hora. Y como no, se me ocurrió la genial idea de ir callejeando un poco...Así que inocente de mí, se me volvió a pasar la otra villavesa, corrí como nunca(de hecho mucho mejor que en los exámenes de educación física), y se paró en un semáforo poco después de la parada, pero el conductor, majo como el solo, no me dejó subir. Por lo que opté por seguir corriendo hasta la siguiente parada que no estaba muy lejos. Pero justo, cuando estaba llegando, el conductor se fue, con pleno conocimiento de que pretendía coger dicha villavesa y que iba corriendo. Pero como no, no esperó, por lo que, yo, muy sutil (y muy cabreada, todo sea dicho), le hice un majestuoso corte de mangas (el cual me tuvo que ver hacer por los espejos retrovisores). Así que luego me senté en la marquesina de la parada y me disponía a esperar a la siguiente, pero pensé mejor: pues lo siento mucho, ya no llego, así que no cojo la villavesa, gracias a la amabilidad del conductor han perdido una usuaria.
Y desde entonces, me he dicho a mi misma que voy a hacer una huelga contra las villavesas. La verdad, hay conductores que tu vas con toda tu buena intención y te ponen una cara de perro que te quitan hasta las ganas de subir. Luego está la impuntualidad de las mismas a la hora de llegar a las paradas, pues eso parece más bien una quiniela...¿pasará a la hora?¡Hagan sus apuestas! Luego están los precios..cada vez está subiendo más. Luego, como no, te vienen con el cuento de: ¡Usa el transporte urbano comarcal!
A partir de ahora, o bien iré en bici, andando, o si tengo que ir un poquitín lejos, usaré el coche. Se que esto último contamina mucho, y la verdad no es nada bueno..pero intentaré compensarlo con otras buenas acciones más “limpias”.