sábado, 26 de marzo de 2011

En huelga contra las villavesas

Ayer, me tocaba coger una villavesa (es como llamamos en Pamplona a los autobuses urbanos, por si lo lee alguien que no es "Pamplonica"), es poco habitual en mi, pues procuro ir andado siempre que puedo a todos los sitios.
Y la verdad lo hago porque detesto la impuntualidad de las villavesas, que nunca sabes a que hora pasan y que más de un conductor creo que tiene mono de Fernando Alonso, porque hace el recorrido, que parece que le dan sueldo extra si lo hace en menos tiempo del establecido. También, porque como no, está el típico conductor, que como no, cuando te montas, con una sonrisa de oreja a oreja le dices: ¡buenas tardes! Y casi te suelta un bufido, que mejor no haberle dicho nada. Y como no, porque cada vez están subiendo más el precio del viaje, si tienes el bonobús(la tarjeta del transporte urbano comarcal) vale, creo que 53 céntimos, pero hay, pobre de ti como se te olvide...te meten un puyazo de 1.15€ entre pecho y espalda que te acuerdas de ello durante un mes.

Bueno, pues el caso es, que ayer, me tocaba coger una villavesa que no había cogido nunca. No sabía cuando pasaba, ni dónde tenía que cogerla. Cuando me enteré por fin en que parada tenía que esperarla, cuando me dirigía hacia allí, la vi pasar mientras me quedaba pasmada, sin poder hacer nada, mientras esperaba que el semáforo se pusiera verde para mí y así poder pasar. Luego, como tenía un cuarto de hora, me fijé que tenía otra parada un poco más lejos, e inocente de mí, dije: voy a ir, que total, tengo un cuarto de hora. Y como no, se me ocurrió la genial idea de ir callejeando un poco...Así que inocente de mí, se me volvió a pasar la otra villavesa, corrí como nunca(de hecho mucho mejor que en los exámenes de educación física), y se paró en un semáforo poco después de la parada, pero el conductor, majo como el solo, no me dejó subir. Por lo que opté por seguir corriendo hasta la siguiente parada que no estaba muy lejos. Pero justo, cuando estaba llegando, el conductor se fue, con pleno conocimiento de que pretendía coger dicha villavesa y que iba corriendo. Pero como no, no esperó, por lo que, yo, muy sutil (y muy cabreada, todo sea dicho), le hice un majestuoso corte de mangas (el cual me tuvo que ver hacer por los espejos retrovisores). Así que luego me senté en la marquesina de la parada y me disponía a esperar a la siguiente, pero pensé mejor: pues lo siento mucho, ya no llego, así que no cojo la villavesa, gracias a la amabilidad del conductor han perdido una usuaria.
Y desde entonces, me he dicho a mi misma que voy a hacer una huelga contra las villavesas. La verdad, hay conductores que tu vas con toda tu buena intención y te ponen una cara de perro que te quitan hasta las ganas de subir. Luego está la impuntualidad de las mismas a la hora de llegar a las paradas, pues eso parece más bien una quiniela...¿pasará a la hora?¡Hagan sus apuestas! Luego están los precios..cada vez está subiendo más. Luego, como no, te vienen con el cuento de: ¡Usa el transporte urbano comarcal!
A partir de ahora, o bien iré en bici, andando, o si tengo que ir un poquitín lejos, usaré el coche. Se que esto último contamina mucho, y la verdad no es nada bueno..pero intentaré compensarlo con otras buenas acciones más “limpias”.

2 comentarios:

  1. Has hecho una buena reflexión sobre un acto cotidiano. Deberíamos rebelarnos mucho más para intentar cambiar las pequeñas cosas que nos hacen la vida más agradable o nos la amargan.

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  2. La bicicleta es un buen medio de transporte. Libera estrés, no contamina, te despeja por la mañana. etc etc.

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